1- La Doctrina social de la Iglesia
La llamada cuestión social, fue una gravísima
situación que se planteó entre el capital y el trabajo, es decir, entre el
patrón y los obreros. Tal problema encontró en la doctrina de la Iglesia una
solución distinta a la planteada por los teóricos del socialismo romántico y
científico. La iglesia en su doctrina social fue mucho más lejos, pues condenó
tanto al socialismo como al liberalismo económico, porque ambas políticas
menoscaban la capacidad de desarrollo y libertad del Hombre.
Fue el Papa León XIII quien expuso en la Encíclica
Rerum Novarum ( 15 de mayo 1891), los fundamentos de la Doctrina social de la
Iglesia. En este documento, el Pontífice expresa que el proletariado sufre
serios problemas sociales y tiene derecho a justas reivindicaciones, pero a la
vez y junto con los patronos, tienen obligaciones que cumplir. Además decía que
si el capital y trabajo (patrón y obreros) no llegaban a acuerdos frente a
problemas que los afectan, el Estado tenía todo el derecho a intervenir para
asegurar el orden público.
Según la Doctrina preconizada por la iglesia a través
de la Encíclica, tres debían ser los elementos que colaborarán para emprender
las reformas sociales:
- La Iglesia → predicando y
recordando la práctica de la justicia y la caridad.
- El Estado → manteniendo la paz social y protegiendo a los más débiles con
leyes
- El trabajo organizado → para
posibilitar el entendimiento entre patrones y obreros.
Posteriormente, en el año 1931, el Papa Píio XI
reafirmó la posición de la Iglesia, en materia social, a través de la Encíclica
Quadragesimo Anno (el título es "Cuarenta años después" y se refiere
al periodo transcurrido desde que se publicó la Remun Novarum). En este
documento se expresó que la propiedad privada es un elemento irreemplazable en
una vida social ordenada.
Luego, el Papa Juan XXIII, en su Encíclica Mater et
Magistra (La iglesia, madre y maestra"), disertó sobre cómo la
socialización del mundo estaba afectando, principalmente, la libertad del ser
humano.
Finalmente, las Encíclicas Pacem in Terris
("Paz en la tierra") de Juan XXIII y Populorum Progressio("del
progreso de los pueblos") de Paulo VI, vuelven a insistir en la
conveniencia de adoptar la Doctrina social de la Iglesia como medio de
convivencia humana.
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